jueves, 26 de julio de 2007

¿Web o blog?


Sí; he ahí el dilema. Sin haber entendido exactamente qué es cada cuál, ya estoy hecho un lío. Observo que quien tiene web se da el gusto o se permite la licencia de darse un bombo permanente: aquí está mi entrevista, aquí mi programa de radio, aquí las reseñas de mi libro, y éstas son las fotos de mi último viaje a Bali. Ya, lo del blog es cosa como de diario, cuaderno de bitácora y todas esas cosas, vale. Pero, ¿y si no tienes web? Yo, al menos, ignoro siquiera cómo empezar una, ¿se convierte en lícito el autobombo blogero? No lo sé, pero, por si acaso, ya vais avisados, lectores multitudinarios que os cortáis a la hora de dejar vuestro mensaje, !no os cortéis, hombre!
Sea como sea, y por la parte de diario que me toca, hoy me han avisado de un ilustre ayuntamiento que el sobre que, con mi plica eso sí, les envié y que había de contener mi delicioso relato, les ha llegado vacío. No es el primer caso, así que vaya dándose por enterado el empleado de correos que hace desaparecer, de cuando en cuando, mi obra, con el seguro propósito de suplantar mi autoría y hacerse millonario a la par que conquistando un sitio destacado en el Olimpo de las letras. Ya puestos a llevar a cabo su maquiavélico plan, podía empezar a suplantarme, a usurpar mi personalidad, escribiendo a diario en este blog. Dicho queda.

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